22 octubre, 2007

Niña de hojalata

Niña azul cielo de hojalata,
te he perdido,
las voces alzan tu nombre al aire,
como el pájaro precoz
caes del nido;
no te encuentro en los bosques de las redes,
ni te sientas en los bancos
de los escondidos.
Has perdido caracolas de recreos,
y a los mónstruos que acechaban tras las puertas;
y el vestido del domingo,
lo has perdido;
la sonrisa de lacitos entre dientes no existentes,
el olor a fresas verdes en el suelo,
caes del nido,
y no piensas en las nubes ni en los vuelos con piruetas,
la noche sin farolas inunda tus ojos,
no te acuerdas del mañana canino,
Desgarras veroz las almas en vilo
que vierten lágrimas secas en tormentas de arena,
mientras nacen de tus labios
carcajadas del delirio.

A Silvia

25 septiembre, 2007

Momento de lucidez

Mi vida es un vaso que se colma,
estalla,
sale el agua blanca e insípida,
se abre entre pedazos de cristales,
se pierde,
no puedo controlarla,
amorfa el agua corre
por oscuros infiernos
y bosques quemados.
Ajena a mí,
me arrastra,
me inunda,
me ahoga.
No estoy loca,
qué pena,
qué pena,
que no estoy loca.
No puedo pararla,
lo sé.
Salid lágrimas sin duelo,
mi condena está firmada,
y mi cuello,
sentenciado.

07 septiembre, 2007

Siempre costándome vivir


Siempre costándome vivir, dudando ante las bifurcaciones del camino, retrasando la toma de la decisión, fácil o difícil, siempre atrasada hasta más no poder o hasta que algo o alguien decide por mí. Siempre entregada a las diligencias del destino que me depara qué sé yo, siempre intentando adivinar, calculadora, el suceso de mañana, el tropiezo de pasado mañana, el desastre que me espera al cruzar esa esquina. Siempre alerta sin que valga de nada, sin que pueda adivinar ni concretar tan siquiera qué voy a comer mañana al mediodía. Siempre dudosa, con miedo, sin alegrarme ni estar confiada en el camino que no puedo dejar de tomar o que no tengo más remedio que recorrer. ¿Cómo construir, así, una vida plenamente feliz, despreocupada, centrada en lo realmente importante, que soy yo, si yo misma no me lo permito? Si yo misma me ahogo en cualquier gota que suelte el cielo atroz, grisáceo, y me ciego con cualquier rayo de luz que asoma, tímido, en la mañana de cualquier amanecer veraniego.